martes, 27 de noviembre de 2012

Sin darme casi cuenta he estado un mes sin escribir por aquí. Siendo sincero, si que era bastante consciente de ello. Pero he tenido una temporada algo movida últimamente. Pero ya le he puesto solución. He llegado como el frío, antes o después tenía que pasar.
Tengo que decir que estoy algo sorprendido, está circulando por la red una lista con teléfonos de famosos de todo tipo. No sé si darle un toque a Adrián el futbolista del atleti para que se ponga las pilas, que este año no termina de carburar.
Entre las muchas visitas que tengo pendientes de contar está una que nos costó mucho. Un restaurante en el que es imposible conseguir mesa últimamente, si no es con varios días de antelación. A nosotros nos hicieron un hueco hace pocas semanas llamando un viernes para ir el día siguiente (el sábado, que me veo a alguno de mis contactos echando cuentas, que son igual de imbéciles que yo). Ésto es lo que nos encontramos.

LA GASTROCROQUETERÍA de CHEMA

Es un local que está bajo el viaducto de Segovia. Es un sitio pequeño, con pocas mesas pero muy acogedor. Quizá demasiado oscuro. Es decir, apropiado para cenas de pareja principalmente.
Teníamos muchas ganas de ir porque todo el mundo daba unas referencias muy buenas para los precios que manejan. Por el nombre no hace falta explicar que uno de sus fuertes es las croqueta, en sus muchas variantes (casi infinitas allí).
Lo primero que tengo que decir que aún siendo pocas mesas, son muchas para el espacio que tienen. Entiendo que rentabilicen el espacio, pero si no hubiese tocado con otra mesa muy cercana, no habría estado a gusto. En nuestro caso, tuvimos suerte.
El personal, muy amable, nos trajo la carta acompañada de unas sugerencias sobre qué pedir. Nosotros llevábamos la idea de uno de sus menús, nos decantamos por uno de 16€ por persona. Se llama "De tapas por Madrid". El otro menú se llama "Degustación de tapas selectas" (sube a 25€, pero incluye platos de más nivel a priori).
La idea del menú es sencilla: un aperitivo y cinco tapas para mostrar un poco el concepto de cocina que manejan en la Gastro-croquetería.
Un primer detalle que no me gustó antes de llegar la comida es que no tuviesen algunos vinos que ofrecían en la carta. Especialmente con un cava Agustí Torelló, que es lo queríamos tomar. Nos ofrecieron otro que estaba bien, pero no me gustan esos detalles. No tengas una carta sin actualizar, el cliente se lleva chascos.
Y llegó a la mesa el aperitivo. Un langostino en tempura con una salsa de chile dulce. La presentación impecable (aunque no se vea bien, el recipiente simula ser un vaso de plástico arrugado), como todo lo que sirven aquí. Muy bueno, sobre todo la salsa, con un toque picante.
Es algo que quiero destacar, el gusto por el detalle de la Gastro-croquetería. Los camareros, aparte de amables, te informan en todo momento del plato que traen y cómo tomarlo.

Langostino en tempura con salsa de chile dulce
Lo siento por las fotos, pero entre la poca luz y que los móviles tienen limitaciones en interior, tuvimos algunos problemillas.
La cosa empezaba bien. Poco después llegó a la mesa una ensaladilla de la casa. Es parecida a una ensaladilla rusa de toda la vida, incorporando ahumados, "caviar" y una espuma de mayonesa. La espuma es lo que propició que el plato se desmoronase un poco, porque venía mucho mejor presentado de lo que parece en la foto. Estaba buena, aunque el punto de la patata podía haber sido algo más cocida para estar perfecta. Los ahumados hacían el plato muy sabroso.

Ensaladilla rusa de la casa
Apareció ante nosotros unos de los ganadores de la mesa. Una fondue de croquetas. Suena raro, pero es una idea muy buena. La base de la fondue es queso con un toque a curry y las croquetas son de pollo. Tomándolo por separado no dicen gran cosa, pero cuando lo juntas la cosa cambia totalmente. La indicación que nos dio el camarero fue: "romper la croqueta en trocitos y los vais mojando en la fondue". El sabor de la croqueta de pollo es muy fuerte, casi sabe a una pastilla de caldo. Cuando mojas las croquetas en la fondue y lo pruebas, entiendes todo. Pollo al curry, totalmente conseguido. Recuerda mucho, de hecho, al sabor del plato original. Una versión única y original de este plato.

Fondue de croquetas de pollo al curry
El siguiente plato nos sorprendió aún más, si cabe. Unas migas con jengibre, secreto ibérico, mango y curry picante. Una forma distinta de comer migas, con un sabor exótico y muy especiado. A mi me gustó aunque no me encantó, creo que baja un poco el nivel del menú. A Ele tampoco le sedujo del todo.

Migas con jengibre, secreto ibérico, mango y curry picante

En cambio, lo que venía a continuación nos cautivó y sorprendió a partes iguales. Nos cautivó porque está buenísimo. Nos sorprendió porque no esperas un plato así en un menú de un restaurante de tapas en Madrid. Fideuá en costra. No es la típica fideuá. Es algo distinto, la costra le da un toque jugoso y los fideos tienen mucho sabor a mar. Otro acierto.

Fideuá en costra (y con la costra descubierta)

Para cerrar el menú, no podía ser de otro modo, dos croquetas distintas.
Una era la llamada Tex Mex en la carta. De pollo con guacamole y jalapeños, empanada con nachos. Se presenta con unos nachos para acentuar un poco la idea de la croqueta. Se parecía un poco a la croqueta de la fondue, pero con un sabor más natural por decirlo de alguna manera. No me gustó que nos pusieran una croqueta de pollo si otro plato ya llevaba unas parecidas.

Croqueta Tex Mex
La otra en cambio me dejó impresionado. Una croqueta de setas sobre tomate caramelizado y parmesano.
Muy buenas, de las mejores que he tomado. Y eso que ahora en cualquier sitio te ponen unas croquetas de setas de mucho nivel. La combinación con el tomate y el queso hacía que el sabor mejorara, si es que era posible. Lo dicho, geniales.

Croquetas de setas sobre tomate caramelizado y parmesano
Aquí terminaba el menú. Suficiente cantidad para una cena. Es decir, no es necesario que pidas postre. Ahora, si la tentación te puede, adelante. En nuestro caso lo hicimos. Aquí tuvieron otro detalle que me gustó. En los postres también ofrecen croquetas, en raciones de cuatro. Nosotros que solo lo hacíamos por gula, veíamos la ración demasiado grande. Pues bien, la camarera nos dijo que nos sacaban media ración del tipo que quisiéramos(que no figura en la carta) para que las probásemos. Elegimos las de oreo, que por lo visto las iban a quitar de la carta. Estaban muy ricas, algo densas pero buenas. Lo más gracioso de todo es que no hicimos foto ninguna, supongo que el efecto del cava iba siendo evidente.
Conclusiones generales: la comida es muy buena por el precio que tiene (con el cava salimos a 26€ por persona), además tiene esos toques de cocina creativa que a mi personalmente me agradan. El servicio es estupendo y el local muy bonito. Lo peor es que juntan demasiado ciertas mesas y algún detallito como no tener todos los vinos que aparecen en la carta y no avisar previamente. Además creo que el precio de los vinos es algo alto en relación al coste de la comida.
Recomiendo la visita antes de que suban los precios, porque tiene pinta de que no van a parar de crecer. Un sitio que visitar, y más si vives cerca como es mi caso.

Mi recomendación musical va a ser algo controvertida. Seguro que de los que se metan por aquí alguno los odiará. A mi me resultan muy originales e intensos. Me gustaría mucho ver un concierto del grupo, pero por lo que veo de momento sus visitas a España no se dan con facilidad. Yo espero que acaben haciéndolo, seguro que sus concierto son igual de intensos que su música. Para quien no los conozca os dejo la canción con los que los descubrí hace un par de años. "I´m not human at all" de Sleep Party People.