lunes, 29 de octubre de 2012


Que sorpresa tan grata que me he llevado al estudiar un poco al público que se mete en mi humilde morada, me refiero al blog. Por fortuna controlo la gente que entra y sale de mi casa, de momento.
Pues el dato más significativo es que casi un 10% de las visitas provienen de Alemania y un 4% de Rusia. Así que desde aquí un saludo a todos mis fanses alemanes que seguro son muchos, no creo que acaben aquí por error. Nada de eso. Es que los lazos con el país teutón no paran de crecer gracias a la crisis. 
Este blog es un claro caso de los beneficios que han llegado con el rescate. Así que sin más dilación para mis amigos alemanes (y rusos también):

Vielen Dank an alle

Большое спасибо всем

Pasando ahora a otros temas, tengo que decir que el sitio del que quiero hablar hoy me supone un problema. Pero tiempo al tiempo. De momento vamos por el principio. Recurriendo, de nuevo,  a la promoción del tenedor nos fuímos al barrio de Huertas y cenamos en un sitio muy chic. De hecho, cenamos al lado de Eros Ramazzoti. Esa voz nasal donde las haya. Empecemos.

ME Restaurante&Lounge

Para el que no lo conozco, el ME es un hotel y restaurante muy bonito en plena plaza de Santa Ana. Un edificio muy chulo con una terraza espectacular. En nuestro caso cenamos en el restaurante que se encuentra en la primera planta.
La verdad es que la primera visual es buenísima, un sitio elegante pero sin ser pretencioso. Es decir, no pretende ser más de lo que es. Un toque neoyorquino, diría yo. Curioso porque nunca he estado allí, pero bueno, así soy yo.
Mientras nos traían la carta nos ofrecieron tomar algo de aperitivo. Pedimos una cerveza y una coca-cola. Craso error. Y cuando digo que cometimos un error, es por no decir que fue una gran cagada. Pero esto lo cuento al final. De momento nos centramos en la comida.
Teníamos una promoción del 50% (solo en platos, no en bebidas ni postres), siempre y cuando consumiésemos un primero y segundo por comensal. Sin problema. Nos apetecía todo y es porque la carta del ME es corta pero muy apetecible. Muy bien escogida, bajo mi punto de vista claro.
Nos decidimos por unos calamares y un roll de pato. 
Los calamares venían con un ali oli de yuzu (un cítrico japonés que creo ya he nombrado alguna vez). La ración era generosa y además los calamares, ojo al dato, sabían muchísimo a calamar. No se si teneis la sensación de comer chicles cuando los ponen en muchos restaurantes. Parecían chipirones, pero en cualquier caso, un sabor genial. Y el ali oli, una pasada. En serio, sin exagerar puedo decir que es una idea que deberían copiar en muchos sitios. Un sabor original y que le daba una dimensión superior al plato.

Calamares con ali oli de yuzu

El roll de pato, llamado en la carta Sushimaki de pato y batata crujiente, estaba bien. Pero bajaba el nivel del resto de la comida. La textura del pato era un poco dura para tomar en el sushi. La ración normal, el rollo venía cortado en cinco partes. Mal. Para compartir es un problema. Números pares siempre que sea una cifra pequeña por favor.

Sushimaki de pato y batata crujiente

Acompañando los primeros llegaron a la mesa los panes. Lo pongo porque realmente están muy buenos. Cinco tipos de panes distintos. Eso sí, había que compartirlos si los dos queríamos del mismo. 


Es posible que el recuerdo que tengo de los primeros platos sea algo peor de la sensación que iba teniendo al comerlos. Se debe al nivelazo de los segundos. Como con los primeros la decisión se tornaba difícil.
Ele se pidió un risotto de boletus y parmesano al aceite de trufa. La ración no era enorme, pero con los primeros se convertía en suficiente y estaba buenísimo, que es lo que cuenta. Meloso, el arroz al dente y muy sabroso. El parmesano venía en forma de galleta tostada. Muy recomendable.

Risotto de boletus y parmesano al aceite de trufa
En mi caso opté por la presa ibérica con shiso y habas de soja fresca salteadas (en la carta escriben mal shiso o eso me pareció). Para mi el ganador de la noche. Un 10. La carne era inmejorable y el acompañamiento perfecto. No le pondría ni un pero. El punto de la carne es a elección del cliente, hay que tener cuidado con las distintas sensibilidades que hay respecto a la cocción de la carne del cerdo. En mi caso, cuando es ibérico, me gusta al punto o incluso poco hecho, como era el caso.

Presa ibérica con shiso y habas de soja fresca salteadas
La verdad es que la cena había sido casi perfecta. Como era una noche un tanto especial por el lugar escogido, nos pedimos una botella de vino que iba a hacer subir la cuenta considerablemente. Todo ello sin contar con el precio de esa primera cerveza y coca-cola que habíamos pedido al principio de la cena. Aquí es donde llegó la gran sorpresa para mí. La cuenta se elevaba en unos 4 o 5 euros sobre el cálculo mental que habíamos hecho. La explicación era sencilla y vergonzosa. La caña de cerveza que había pedido, con las palabras exactas "una caña", se había traducido en 6€ en la cuenta. Me pareció un despropósito, casi un insulto a los clientes. Éramos conscientes del lugar al que habíamos ido por eso no me sorprendió lo cara que es la carta de vinos ni los 3,15€ de la coca-cola. Pero lo de la cerveza creo que es una pasada, motivo por el cual el ME se ganó mi total antipatía. 
El servicio es bueno, el local también y la comida mejor. Sin embargo, no hay que pasar por todo. Si puedo elegir no volveré a este restaurante, o por lo menos por un tiempo (tampoco mi bolsillo me permite ir sin la promoción pero es otra historia).
Sin el vino y el sablazo de los aperitivos, la cena podía haberse quedado en unos 20-22€ por persona, lo cual es algo impresionante. Sin la promoción el precio es de unos 35€. 
Conclusión: si tenéis dinero y os apetece, recomendable aunque el precio sin descuento es algo alto. Abstenerse de pedir una caña, por el precio de dos os pagáis casi la botella de vino más barato (15,50€ el vino de la casa). 

Como no me prodigo mucho con música española (y luego pasan cosas como que la gente acaba aquí desde sitios como Alemania) vamos a escuchar un poco de un grupo que ha tenido una evolución enorme desde que los empecé a escuchar. Al principio gritaban como condenados en inglés y han acabado recitando en español y a veces en catalán. En realidad, hoy en día les tengo un poco perdida la pista, me cuesta meterme en lo que hacen actualmente. Eso si, sus tres primeros discos me gustan mucho. Hablo de Standstill. No es fácil elegir una canción, precisamente por lo variado de sus planteamientos en cada disco que sale. Me voy a quedar con una canción que me parece intensa y profunda a partes iguales. Según un amigo "se han vuelto unos modernos de mierda". No sé, yo ahí no entro. "Poema nº3".


lunes, 8 de octubre de 2012

Un amigo me comentó hace poco "te pareces a Homer Simpson en el capítulo que se hace crítico gastronómico, te gusta todo". La verdad es que tiene razón, echando una visual a todos los sitios que he ido últimamente he encontrado pocos donde no me haya gustado la comida, en cambio si que me molestan detalles del local o el servicio. No sé, igual es porque siempre voy por recomendación de terceros y aciertan, aunque esos terceros sean desconocidos de internet.
Después de reflexionar un poco sobre el tema, me he dado cuenta de que el problema no soy yo. El motivo de que solo hable bien de la comida es que suelo tener suerte en las elecciones y, sobre todo, el alto nivel que hay en España en el mundo de la gastronomía.
La suerte que tenemos en este territorio es, no solo contar con muchos y buenos restaurantes, tener toda una industria que se sustenta en ello. Y gracias a toda esa infraestructura contamos con página como www.eltenedor.com que ha tenido una promoción del 50% en varios restaurantes de cierto nivel en todo Madrid (y más). Nosotros aprovechamos la ocasión para ir a dos restaurantes. Los dos en la zona de Huertas, muy cercanos entre sí. Aquí va el primero de ellos.

MEZKLUM TECH

Se trata de un restaurante muy grande, situado en la calle del Príncipe. El local cuenta con la particularidad de que tiene varias mesas sobre unas camas para ofrecer una cena original. A mi personalmente no me termina de seducir la idea, así que me alegro de que nuestra mesa fuese una de "toda la vida". Tengo mis motivos, no veo nada práctico estar semitumbado y tener que cambiar mi posición para alcanzar con los cubiertos el plato. Por otro lado, creo que para que sea cómodo, la cena tendría que basarse en platos que no requiriesen obligatoriamente los cubiertos. En fin, que creo que limita mucho mi cena ideal.
La promoción consistía en que todos los platos de la carta reducían su precio en un 50% (excepto los postres y las bebidas). Las condiciones del local eran pedir un entrante y un principal por persona (carne o pescado). Fallo, los vegetarianos no podrían aprovechar esta promoción en el Mezklum Tech, no me gustan esas cosas.
La decoración es divertida y la mezcla de tipos de mesas lo hace parecer una discoteca de película americana ambientada en Las Vegas o algo así (a mi es que me gusta mucho exagerar).
El segundo fallo del restaurante vino al pedir la bebida. Queríamos una botella del blanco de la casa, un Rueda. Bien, no tenían. En su lugar nos ofrecieron un Somontano, que resultó estar muy bueno. Pero el problema es que si no tienes un vino, no lo ofrezcas.
Acompañando al vino hizo entrada un aperitivo consistente en una crema de queso gorgonzola dulce con unas tostadas. Queso y vino, siempre queda bien. Tengo que reconocer que me gusto el queso.

Aperitivo: crema de queso gorgonzola dulce
La obligatoriedad de pedir un entrante por persona hizo que nos decidiéramos por unos rollitos orientales "surtidos" y carpaccio de buey. 
Los rollitos estaban bastante buenos, se acompañaban de una salsa de soja reducida y otra de piña. Eran caseros y se nota. En cuanto a las salsas, muy bien la de soja y bastante mal la de piña. 

Rollitos orientales
Lo de haber entrecomillado la palabra surtidos, ha sido intencionado. No se qué motivo les lleva a poner eso en la carta, son los cuatro iguales. Verduras y carne. Punto.
El carpaccio llevaba lascas de parmesano, rúcula y (por supuesto) reducción de balsámico. No se si soy el único que empieza a estar harto de que en algunos restaurantes la mitad de los platos la lleven. Han prostituido algo que era genial y novedoso. Ahora todo sabe igual, hay que saber cuando ponerlo. Dicho esto, justo en el carpaccio si que lo justifico. La ración estaba bien y la carne era de calidad. Me encanta el carpaccio para cenar, un pensamiento que lanzo al aire.

Carpaccio de buey
Los segundos llegaron en seguida. Decidimos compartir y elegimos uno de carne y otro de pescado.
La carne fue un pato confitado. Sabia elección. Venía acompañado de un chutney de mango a la canela. La combinación era tremenda y el pato estaba en su punto. La piel dorada y la carne sabrosa. Nos gustó mucho a los dos.

Pato confitado
El pescado fue un tataki de salmón. Aunque estaba bueno, para mi fue lo más flojo de la cena. El pescado estaba un pelín sabroso, bajo mi punto de vista. Además, la guarnición se me hizo sosa. Aún así, se dejaba comer. Mi duda es si realmente se podía considerar tataki, pero como no soy un grandísimo experto en la materia, no voy a meterme.

Tataki de salmón
Al final, nos terminamos todo excepto la guarnición del salmón. La verdad es que el tamaño de las raciones era bastante bueno y la idea de pedir postre escapaba totalmente de nuestras cabezas.
Las conclusiones son un poco engañosas, hay que tener en cuenta que cenamos por 32€ las dos personas, incluida botella de vino. Ese precio es escandaloso en situaciones normales. En el caso que nos ocupa, el precio sin el descuento habría sido de unos 50€ para los dos. Seguiría siendo un precio relativamente bueno, la comida me gustó y el local también. Para más inri, el servicio fue rápido y amable.
Con todo, os recomiendo que hagáis una visita al Mezklum Tech y que luego os toméis una copa a mi salud.

Con esa retrospectiva que hice al ver que mis crítica no suelen tener cosas negativas, me di cuenta de que tocaba hacer autocrítica. Todavía no había sonado en el blog uno de los grandes temazos de la historia de la música. No solo eso, cuenta con una de las mejores versiones que jamás se hayan hecho, teniendo la versión tanta personalidad como la original, siendo distintas en toda forma.
La canción en cuestión es "Hotel California" de los Eagles. No creo mucho en las teorías sobre que la temática de la canción tiene que ver con la biblia satánica, etc. Dejo a cada uno que crea lo que quiera. Yo me fío de lo que dijo el cantante "es una metáfora del mundo de las drogas". Escuchando la letra, todo cobra bastante sentido. Pero insisto, que cada uno piense lo que considere.
Uno de los mejores juegos de guitarra que he escuchado. Y ya que suenen así en directo pues es casi un insulto a todo aquel que quiere tener un grupo de música, te debes sentir un desgraciado al verlo y oírlo.