jueves, 21 de junio de 2012

Jueves, ese día en que el ánimo de aquellos que no trabajan el fin de semana empieza a virar hacia el positivismo y la alegría. Y más para los futboleros, que esta noche ya empiezan a tener su dosis de partidos. Yo por mi parte ni siquiera tengo claro si veré el partido del sábado. Tengo viaje familiar y no tenemos claro que estaremos haciendo a las 9 de la noche. Pase lo que pase, me lo pasaré bien seguro.
El caso es que ayer estuve en shock durante todo el día. Me llegó una oferta de trabajo, a través de infojobs, de Oscar Mayer, y lo curioso es el puesto: Experto en fiestas. No paro de contarlo en todos sitios y a todo el que pillo, pero es que me pareció simplemente sublime. Os recomiendo que le echéis un vistazo si todavía sigue abierta la oferta.
Pues el post de hoy se lo voy a dedicar a un restaurante que tengo en mi propia calle. Es un lugar que se convirtió en mi italiano favorito hasta que el servicio se convirtió en un desastre. Bien, más de un año después de mi última visita pasé por la puerta el viernes pasado. Vimos que en la terraza había muchas mesas libres y nos decidimos a jugar a la ruleta rusa. Y nos salió bien.

SICILIA IN BOCCA

Es un pequeño local situado en el Paseo de Yeserías. Una de las mejores calles de Madrid, incluso diría del mundo. El restaurante es pequeño y tiene una terraza con 4 o 5 mesas. En nuestro caso, nos pusimos en la terraza, Vaya por delante, que las dos última veces que estuve aquí cenando tuve que pedir la cuenta sin que me trajesen todos los platos despues de más de una hora esperando en la mesa. La comida siempre ha sido muy buena, pero son cosas que no se pueden tolerar cuando estás pagando por un servicio.
Después de sentarnos en seguida vino el camarero a tomarnos nota de la bebida. Me avergüenza decirlo, pedimos un Lambrusco. Es que la carta de vinos no me entusiasmó y entre que a Ele le gusta y yo me tomo lo que sea, allá que fuimos. El precio hizo mucho en la decisión (8,5€).
Nos trajeron a la mesa un poco de pan para la espera del entrante. Muy bueno, si es que me gusta toda la comida italiana, no puedo remediarlo.

Pan de la casa
El entrante en cuestión hizo llegada a la mesa. Era un provolone a la plancha con speck (que para nosotros es un jamón ahumado). Nos lo comimos con el pan y la verdad es que nos encantó. El speck me dio un poco igual, se perdía un poco al lado del queso. Muy bien hecho, una costra crujiente por fuera y suave por dentro. A ver si aprendo a hacerlo así en casa. Me quedé con ganas de pedir la scamorza a la plancha. Otra vez será.

Provolone con speck
Para los principales nos decantamos por una pasta y una pizza, compartiendo ambas, que somos muy de compartir. 
La pasta era unos ravioli de espinacas y queso ricotta con salsa de boletus y trufa. Es un plato fuera de carta, aunque nos lo cobraron como uno similar pero de menos lujo que tienen normalmente. La versión de carta es con una salsa de champiñones. No sé que decir de la pasta. Supongo que con el comentario que hizo Ele se puede resumir bastante bien, "es de las mejores pastas que he tomado, o la mejor!". Exquisita, es cierto. La salsa era perfecta y la pasta casera con un relleno que daba gusto hasta mirarlo. No me habría importado algún ravioli más por poner algun defecto, pero vamos que era correcta la ración.

Ravioli de espinacas y queso ricotta con salsa de boletus y trufa
Pizza margherita. Casi nadie la pide, pero para ver si una pizza es buena o no, la pido. Ya lo hice en Da baffetto en Roma, donde muchos dicen que hacen las mejores pizzas del mundo. Pues lo mismo hice en el Sicilia in bocca. Creo que el mérito de hacer una buena margherita es la simpleza pero lo buena que está. Por supuesto no haría esto en cualquier pizzeria mala. Tengo que decir que la pizza está buena, pero no creo que sea el fuerte de este restaurante. Prefiero las pizzas de la Cúpula, por ejemplo, en Las Matas. Tenéis que probarlas, espectaculares. Sin embargo, por el precio que tiene aquí una margherita, la recomiendo si os gusta. Masa fina y poco consistente para mi gusto, pero insisto que buena. Teníamos tantas ganas de probarla que tomamos dos trozos antes de la foto. Sin embargo, nuestra gran capacidad para falsear cosas nos hizo reconfigurar el plato para que apenas se notase.

Pizza margherita
El postre en un italiano para mí siempre tiene un ganador. Tiramisú. Es el postre que más me gusta y ya empiezo a señalar en el mapa aquellos sitios en que me ha gustado. Tengo que decir que no en todos los restaurantes lo hacen bien. En Totó e peppino tomé el mejor de Madrid hasta la fecha, sin contar el que me hace Ele de vez en cuando, una maravilla digna del paladar de Arguiñano por lo menos. El de aquí está bueno, muy bueno, pero no llega al de Totó. Pero el precio, una vez más, lo hace una buena opción. No he probado otros postres del Sicilia in bocca, pero tienen buena fama.

Tiramisú
Hasta aquí llegó nuestra última visita a este italiano. Quiero recalcar una cosa, no animo a la gente a ir salvo que tenga muy claro que puede tocar uno de esos días desesperantes. El otro día tuvimos suerte. Igual el servicio ha cambiado y llevan el local de otra forma, pero por si acaso yo lo cojo con pinzas. 22€ por persona con vino y postre a compartir. Si no recuerdo mal la pasta eran 13€ y la pizza 9€. El provolone unos 8€ y el postre 5€. 
Miro por la ventana mientras escribo, veo este solazo y solo pienso en estar en una piscina o la playa con unas cervezas, mojitos, tinto de verano, copas...lo que sea. Y si se acompaña de temazos, mejor que mejor. Para verano no conozco mejor acompañamiento que Daft Punk. Ese momento de subidón de estar en un garito de playa y que a las 4 de la mañana empiece a sonar "One more time", es indescriptible. No solo eso, como el Dj tenga un mínimo de conocimiento y ponga la remezcla con Aerodynamic, puede conseguir romper la curvatura del espacio-tiempo. Por si acaso no abundan los buenos Dj´s, me permito el lujo de ponerla yo. Gran punteo de guitarra el de Aerodynamic, por cierto.




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