jueves, 6 de septiembre de 2012

Arguiñano cada vez está más joven. El otro día tuve el privilegio de poder ver un poco su programa, patillas y perilla. Estética muy de motero, estilo Sons of anarchy. Me encantaría conocerlo, irme de vinos con él, que me contara chistes día y noche. No entiendo la gente que dice de él: "no lo soporto". Pero bueno, es solo un apunte que tenía que hacer.
Debería seguir contando un poco las andanzas de mis vacaciones por Marbella. Ya os conté la primera noche, con sorbete de "mojito" incluido. Pues al día siguiente, superando una breve resaca, nos fuimos con nuestros queridos anfitriones a dar un paseo y comer en un restaurante que nos encantó.

CASA FERNANDO

Lo malo de llegar en coche conducido por otra persona yendo atrás y sin prestar atención, es que soy incapaz de dar detalles acerca de su ubicación. No me parecía ético copiar lo que encontrase en Google, así que os lo dejo a vosotros si decidís hacer una visita.
Se trata de un local muy grande, con una terraza tremendamente agradable (y de gran tamaño también). Típico lugar donde hacer una gran celebración. Comimos en la terraza, a pesar del calor imperante esos días, se estaba muy bien.
Nos dejamos aconsejar y nos limitamos a comer lo que nos recomendaron. El menú consistió en ensalada y puntillitas para compartir y arroz a banda como principal.
Por partes. La ensalada era una especia de gazpacho sin triturar, me refiero a los ingredientes claro está. Como me gusta todo lo que lleva el gazpacho, también me gustó el plato. Aceite, vinagre y sal. Nada fuera de lo común. Eso si, bien presentado.

Ensalada (gazpacho "deconstruido", así la habría llamado yo)
No quiero demostrar poco entusiasmo hacia la ensalada pero lo que vino a continuación me llenó de orgullo y satisfacción, como al rey.
Llegaron a la mesa unas puntillitas. En Madrid diríamos chopitos, pero por respeto al manjar que tomamos lo llamaré por el nombre que se le da por el sur. En fin, nada que ver con cualquiera de las que haya tomado en los últimos años. Se notaba lo frescos que estaban desde el primer mordisco. Tiernas y sabrosas (tiernos y sabrosos si los consideramos chopitos), daba la sensación de que los hubieran cogido del mar una hora antes. La fritura pues ya se sabe, siendo en Andalucía, perfecta. Y la ración era bastante generosa.

Puntillitas
Hasta el momento todo iba muy bien, faltaba el arroz. Hay que decir que soy muy exigente en este tema. Será porque me gustan mucho, porque parte de mi familia es valenciana y mis padres tienen una casa allí...
El caso es que no me conformo con cualquier cosa, es más, me revienta comer un mal arroz. Es uno de los embajadores más importantes de la gastronomía española y no creo que haya que tomarlo a la ligera. Hacer un buen arroz no es fácil, y mis prejuicios ante comer un arroz en paella fuera de la Comunidad Valenciana se desvanecieron en seguida.
Se trataba de un arroz a banda con el arroz en un punto perfecto, de sabor intenso y con trozos de pescado, langostinos y calamar. Para mi gusto, rozaba la perfección. Es cierto que en gustos cada uno puede preferir el arroz más seco, más socarrado, etc. Por eso puntualizo que esto de la perfección es siempre muy subjetivo. Pero lo que no es subjetivo es la manera de tratar el arroz, y que el plato era muy bueno.
Pedimos arroz para tres personas, pensando en compartir entre los cuatro. Recuerdo que veníamos de una salida nocturna y tampoco queríamos acabar con las existencias del restaurante hasta reventar. Bueno, aún así, la cantidad fue un poco escasa. Sin embargo, nos quedamos muy sorprendidos cuando el propio local, que también se percató de la poca cantidad, apareció con otra ración extra como disculpa. Me pareció un detalle genial, en muchos sitios ni se habrían preocupado, pero en Casa Fernando nos quisieron cebar a arroz, es un gesto que les honra. Me faltó la foto a la paellera antes de servir, para la próxima.

Arroz a banda
Ya se acercaba el final y una vez más el elegido fue el tiramisú. En este caso, con una explicación. En la carta de postres ofrecían uno llamado "Tiramisú de verano". Nos gustó la idea, no lo pensamos más. Uno para compartir puesto que la segunda ronda de arroz nos había dejado a todos en el límite.
Pues la diferencia entre este tiramisú y uno clásico estaba en que la mezcla de queso, yemas y demás estaba convertida en un helado, manteniendo una base de bizcocho empapado. Estaba bueno, pero no supera a uno de toda la vida, como el que me hacen a mí cuando me porto bien (en ocasiones cuando no, también).
Es cierto que el helado hace que un día de calor resulte apetecible pero no lo convierte en mejor, aunque fuese un postre muy rico.

Tiramisú de verano
Y hasta aquí llegó nuestra pasada por Casa Fernando. Una vez más, como casi todo lo que hago en Marbella, fui invitado. Pero vamos, que por encima pude hacer unos cálculos rápidos. Sin tomar vino, compartiendo entrantes, el precio puede rondar los 20-25€ por persona. Un buen precio por la calidad de la comida. Las puntillitas unos 12€, el postre 5€. Precios bastante normales.
Así que, como siempre, gracias a Susana y Raúl. Mientras las invitaciones proliferen, las visitas también. Me atrevo a decir que sin invitaciones tampoco haremos ascos a visitaros.

Desde el viaje, he recuperado un grupo que lo tenía medio olvidado, Zia. Se trata de el proyecto que inició el cantante de Superskunk al disolverse el grupo. Creo que es un tío con mucho talento, aunque vaya por delante que con Zia está lejos del nivel que alcanzó hace años. Pero tienen una canción que me parece sublime. Si, si, SUBLIME. Creo que la canción habla sobre una adicción, pero no creo que haya que cerrar el tema a una droga por el nombre que tenga el tema. Me gusta pensar que esa adicción puede ser cualquiera.
Después de muchas escuchas, creo que Zia tiene muchos puntos en común con Stereophonics. Tanto instrumentalmente como en lo vocal. La lástima es que no tiene videoclip, tengo que poner uno de esos cutrevideos con una foto del grupo.
Pues eso, mucha sensibilidad y talento, eso es este temazo. "Químico".


No hay comentarios:

Publicar un comentario