jueves, 29 de marzo de 2012

Comer en los aeropuertos siempre me ha resultado algo caro y malo. Supongo que será por vivir en Madrid y no haber tenido sitios de comida rápida hasta la llegada de la T-4, e incluso con la terminal nueva comer en el resto del aeropuerto sigue siendo un auténtico disparate. Y yo pensaba que esto era así en todo el mundo, que se aprovechaban de nosotros los usuarios y te cobraban 12 euros por unas patatas fritas, ensalada y croquetas congeladas (al igual que las patatas) con una coca-cola. No defiendo los sitios de cómida rápida como el McDonald´s (aunque me gusta ir de vez en cuando) simplemente comida por un precio razonable y que de gusto comerla. Y no era consciente de que esto existía hasta que viajé a Roma con Ele.
Dando una vuelta por el aeropuerto vimos que había franquicias y cadenas varias donde comer y de repente un autoservicio con bastante buena pinta. La comida estaba expuesta por zonas temáticas y entonces vi una mujer italiana con una máquina que funcionada a base de rodillos con las que hacía pizzas en no más de 20 segundos y fuí directo. El horno tenía buena pinta y cuando vi los precios no me lo pensé dos veces. Y en ese idioma internacional llamado "leer el letrero y añadir detrás el por favor según del país donde estés" pedí una pizza con mozarella de búfala. Era la más cara de todas. 7,90 euros. En la mayoría de restaurantes italianos de Madrid la pizza habría sido peor y el doble de cara.
Por fin llegamos a la mesa y pruebo el manjar. Genial. Sin más.
Pizza de aeropuerto
La masa estaba perfecta de verdad. Me pareció increíble que tengamos que comer tanta basura en los aeropuertos y encima cara cuando se puede hacer esta maravilla por solo 7,90 euros. Creo que las habia desde los 7 euros.
Para los amantes de los italianos, la pizza me recordó mucho a una que comimos en Totó e Pepino, concretamente la Malafemina (no recuerdo si es escribía así tanto el nombre del restaurante como la pizza). El caso es que por fin comí a gusto en un aeropuerto y no me ví obligado a comer en el McDonald´s de turno. Gracias Roma.
Y en estos momentos de reflexión es cuando me apetece escuchar una de mis canciones favoritas de uno de mis grupos favoritos. "Be quiet and drive (far away)" de Deftones. Es una canción simple a más no poder pero por mi parte podría durar 15 minutos y no me aburriría jamás.

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